Que es ser un hijo de Dios

Predicaciones, enseñanzas, consejos y estudios para que tengas un vigoroso creciemiento espiritual

• La fuente de la gracia 
• Salvado solamente por la gracia 
• Haciendo obrar hacia afuera 
• Gracia para los pecadores 
• La ley y la gracia 
• Gracia para vivir 
• Gracia para servir 
• Las campanas del evangelio
• Que es ser un hijo de Dios
• Salvación

Dialogos del Sr. Moody y el Rvdo. Marcus Rainsford

[N. de T.: Aclaramos al lector que algunas declaraciones que leemos en estos hermosos diálogos se refieren la mayoría de las veces a la salvación de las personas y en algunas a la comunión del cristiano que ya ha sido salvado por haber creído en Cristo. Creemos que para evitar toda confusión es útil señalar claramente que el cristiano está salvado de una vez y para siempre desde que ha confiado en Cristo, pero que en esta vida debe procurar mantener constantemente su comunión por medio de la misma gloriosa gracia de Dios en Cristo que Él siempre nos está proporcionando y por la fe en lo que Cristo ya es para él. Toda nuestra vida surge de Cristo así como fuimos salvados por Él , ahora vivimos en comunión con Dios también por Él.] SR. MOODY-¿Qué es ser un hijo de Dios? ¿Cuál es el primer paso? Rev. M. Rainsford-Bien, señor, yo soy un hijo de Dios cuando llego a ser uno con al Hijo de Dios. El Hijo de Dios oró para que todos los que creyeran en Él fueran uno con Él, como Él era uno con el Padre. Creyendo en Jesús, yo lo recibo, y llego a ser uno con Él; me vuelvo, como si fuera, un miembro de su Cuerpo. Soy un heredero de Dios, un coheredero con Cristo.

Sr. M.-¿Cuál es la mejor definición de Fe?
Sr. R.-Confiar en el Hijo de Dios, como el Salvador que Él nos ha dado. Simple confianza, no sólo en un credo, sino en una Persona. Yo confío mi alma a Él, confío que Él guarda mi alma.
Dios ha prometido que cualquiera que confía en Él, la misericordia lo rodeará completamente.
Sr. M.-¿No dice la Escritura que los demonios creen? (Santiago 2:19).
Sr. R.-Ellos creen la verdad, ¿no es cierto? Ellos creen que Jesús fue manifestado para destruirlos; y ellos "tiemblan" (Santiago 2:19), yo deseo que nosotros creamos tan verdaderamente y tan totalmente que Dios envió a Su Hijo al mundo para salvarnos.

Sr. M.-¿Qué es "confiar"?
Sr. R.-Yo lo entiendo como significando cuatro cosas: 1. Creer en Cristo: es decir, recibiéndole por Su Palabra.
2. Tener esperanza en Cristo: es decir, esperando ayuda de Él, según Su Palabra.
3. Descansar en Cristo: Es decir, descansando en Él en los tiempos, y formas, y circunstancias en las que Él pueda estar dispuesto en cumplir Sus promesas según Su Palabra.
4. Esperar en Cristo: es decir, continuar haciendo así, no obstante demoras, oscuridad, infructuosidad,
experiencias que desconciertan, y la sentencia de muerte en mí. Él puede guardarme esperando por un tiempo (yo lo he mantenido esperando un largo tiempo a Él); pero Él no me mantendrá esperando siempre. Creyendo en Él, teniendo esperanza en Él, descansando en Él, y esperando en Él -esto entiendo que es confiar en Él. Sr. M.-¿Pueden todos estos amigos aquí creer las promesas?
Sr. R.-Las promesas son verdaderas, aunque las creamos o no las creamos. No las hacemos verdaderas por creerlas. Dios no podría acusarme de ser un incrédulo, o condenarme por incredulidad, si las promesas no fueran verdaderas para mí. Yo podría en ese caso volverme y decir: "Gran Dios, ¿por qué esperabas que yo creyera una promesa que no era verdad para mí?" Sin embargo las Escrituras presentan a la incredulidad como el mayor pecado que yo puedo continuar cometiendo.
Sr. M.-¿Cómo somos "limpiados por la Sangre"? (Apocalipsis 1:5).

Sr. R.-"La sangre es la vida" (Levítico 17:14). La sentencia de los pecadores por su pecado era, "El alma que pecare, esa morirá" (Ezequiel 18:20). Para que no muriéramos, murió el Hijo de Dios. La sangre es la vida vertida del Hijo de Dios, dada como el precio, el pago, el sustituto, por la perdida vida del creyente en Jesucristo, [N. de T.: el Sr. Rainsford quiere decir que el creyente tenía perdida su vida antes de ser creyente]. Cualquier pobre pecador que recibe a Cristo como el regalo de Dios es limpiado de todo pecado por Su Sangre.

Sr. M.-¿Fue la sangre derramada por todos nosotros?
Sr. R.-
"Hay una fuente llena con sangre, Sacada de las venas de Emanuel; Y los pecadores sumergidos en esa fuente, Todas las manchas de sus culpas pierden. El agonizante ladrón se regocijó por ver
En su tiempo aquella fuente; Y allí podemos, aunque viles como él, Lavar todas nuestras maldades."

Sr. M.-Alguien puede pensar que éste es sólo un himno, y éste no es parte de las Escrituras. ¿Dijo el Señor alguna vez algo similar a lo que el himno dice?
Sr. R.-Él dijo: "Yo les he dado la sangre para expiar vuestras almas sobre el altar" (Levítico 17:11). Eso fue dicho de la figura de la sangre de Cristo. Y en la Última Cena nuestro Señor dijo que Su sangre era "la sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por ustedes y por muchos para remisión de los pecados" (Mateo 26:28). Sr. M.-¿Cuál es "el regalo de Dios"?

Sr. R.-Hay tres grandes regalos que Dios nos ha dado

1. Su Hijo bendito.
2. El Espíritu Santo, "la promesa del Padre" (Hechos 1:4), por el cual podríamos entender el indescriptible regalo dado a nosotros cuando Él dio a Su Hijo.
3. Él nos ha dado Su Santa Palabra.
El Espíritu Santo ha inspirado a los escritores de ésta para que podamos leer, y oír, y conocer el amor que Dios tiene hacia nosotros, "porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8). Nosotros no podríamos tener al Hijo como nuestro Salvador, si Dios no lo hubiera dado. Nosotros no podríamos entender el regalo de Dios, a menos que el Espíritu Santo hubiera venido a vivificarnos y a enseñarnos; y esto es lo que Él hace a través de la Palabra.

Sr. M.-¿Cuánto hay en Cristo para nosotros los que creemos?

Sr. R.-En Él habitó "toda la plenitud de la divinidad corporalmente" (Colosenses 2:9) -plenitud de vida, de justicia, de santificación, de redención, de derecho al cielo, y de adecuación para éste; todo eso Dios quiere de nosotros, y todos eso nosotros queremos de Dios, Él lo dio en la persona de Cristo.
Sr. M.-¿Cuánto tiempo lleva a Dios para justificar a un pecador?

Sr. R.-¿Cuánto tiempo? En el momento en que lo recibimos a Él recibimos la potestad de estar enrolados entre los hijos de Dios, y somos allí mismo justificados de todas las cosas. La sentencia de completa justificación no toma mucho tiempo para ser pronunciada. Algunas personas declaran ver una dificultad en la variedad de maneras en las que se dice que un pecador es justificado ante Dios: (1) justificado por Dios; (2) justificado por Cristo; (3) justificado por Su Sangre; (4) justificado por gracia; (5) justificado por la fe; (6) justificado por
obras. La justificación hace referencia a una corte de justicia. Supongamos a un pecador permaneciendo en el tribunal de Dios, el tribunal de la conciencia, y el tribunal de sus semejantes, acusado con mil crímenes.

1. Allí está el juez: ése es Dios, quien es el único que puede condenar o justificar: "Dios es el que justifica" (Romanos 8:33). Eso es la justificación por Dios.

2. Allí está el Abogado, quien comparece en la corte por el pecador; el consejero, el intercesor: ése es Cristo. "Justificado por Cristo".

3. Hay que considerar luego la base y la razón por la cual el Abogado hace la defensa ante el juez. Esa base es el mérito de Su propia Sangre preciosa. Ésa es la justificación por Su Sangre.

4. Luego debemos recordar la ley que el juez está poniendo en ejecución. ¿La ley de las obras? No, sino la ley de la gracia y la fe. Ésa es la justificación por Su gracia.

5. Y ahora el juez mismo pronuncia el resultado. "Sabed, que por éste Hombre os es anunciada remisión de pecados, y en Éste es justificado de todas las cosas todo aquel que creyere" (Hechos 13:38). Ahora, por primera vez, el pecador en el tribunal conoce el hecho. Ésta es la justificación por la fe. [N. de T.: Estos diferentes aspectos de la justificación: Dios, Cristo, Su sangre, la gracia y la fe puede decirse que se combinan en un único y glorioso momento de la vida de la persona, cuando ella cree en Cristo como su Salvador y pasa de muerte a vida consumándose la justificación].
6. Pero ahora que el hombre justificado deja el banquillo de los acusados. Él no retorna a su prisión, o a sus cadenas. Él sale de la corte como un hombre justificado; y todos los hombres, amigos o enemigos, se enteran que él está libre, [N. de T.: manifestándolo por una vida transformada]. Ésa es "la justificación por medio de las obras" (Santiago 2:21,25) Sr. M.-Un hombre dice: "Yo no he encontrado paz". ¿Cómo trataría usted con él?
Sr. R.-El en realidad está buscando la cosa incorrecta. Yo no busco paz. Yo busco a Cristo; y yo obtengo paz con Él. Algunas personas ponen la paz en el lugar de Cristo. Otras ponen su arrepentimiento o sus oraciones en el lugar de Cristo. Cualquier cosa puesta en el lugar de Cristo, o entre el pecador y Cristo, está en el lugar
incorrecto. Cuando yo recibo a Cristo, yo poseo en Él todo lo que pertenece a Él, como mi Salvador.
Sr. M.-Algunos piensan que no pueden ser cristianos antes de ser santificados.
Sr. R.-Cristo es mi Santificación, así como mi justificación. Yo no puedo santificarme sino por Su sangre. Hay un pasaje maravilloso en Éxodo. El sumo sacerdote allí representaba en figura al Señor Jesucristo. Debía ponerse en el frente de la mitra del sumo sacerdote, cuando éste estaba ante Dios, una plancha de oro puro, y grabada en ella como con un sello, las palabras: "Santidad al Señor" (Éxodo 28:36). Mi fe ve esto en el frente de la mitra que está sobre la cabeza de mi Sumo Sacerdote en el cielo, "Y ella estará sobre la frente de Aarón: y llevará Aarón el pecado de las cosas santas, que los hijos de Israel hubieren consagrado en todas sus santas ofrendas; y sobre su frente estará continuamente para que ELLOS puedan ser aceptados delante del Señor"(Éxodo 28:38) ¡Eso era para Israel en el pasado! Eso sobre la cabeza de Jesucristo es para mí. Sí, para mí, "para que yo pueda ser aceptado delante del Señor". Cuando creo esta verdad ésta purifica mi corazón, opera en mis sentimientos y deseos; y yo busco caminar con Él, porque Él es mi Santificación delante de Dios, así como yo confío en Él como mi justificación -porque Él derramó Su sangre por mí. Sr. M.-¿Qué es creer en Su nombre? Sr. R.-Su nombre es Su personalidad revelada. Sabemos que esto está en Éxodo. Moisés estaba en la montaña con Dios, y Él le había mostrado cosas maravillosas de bondad y amor. Y Moisés dijo, "¡Oh Dios, muéstrame tu gloria!" (Éxodo 33:18). Y Él dijo, "Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti" (Éxodo 33:19). Entonces Él puso a Moisés en la hendidura de la peña, y éste proclamó el nombre del Señor: "Señor, Señor, misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad; que guarda la misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión, y el pecado" (Éxodo 34:6,7) -después se completa- "y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado". Ése es Su nombre; y Él no dará Su gloria a otro: y creer en el nombre del
Señor es precisamente refugiarse en Sus promesas.
Sr. M.-¿Qué es "recibir el Reino de Dios como un pequeño niño"? (Marcos 10:15). Sr. R.-Bien, yo no creo que un niño pequeño sea una cosa inocente. Creo que esto significa que debemos recibir al reino en toda nuestra necesidad e impotencia. Un niño pequeño es la cosa más dependiente sobre la tierra. Todos sus recursos están en el amor de sus padres: todo lo que puede hacer es llorar; y exponer el significado de sus necesidades al corazón de la madre. Si interpretamos su idioma, éste da a entender: "Madre, láveme; yo no puedo lavarme a mí mismo. Madre, vísteme; yo estoy desnudo, y no puedo vestirme a mí mismo. Madre, aliméntame; yo no puedo alimentarme a mí mismo. Madre, llévame; yo no puedo caminar". Está escrito, "Una madre puede olvidarse de su recién nacido niño; pero yo no me olvidaré de ti" (Isaías 49:15) Esto es recibir el Reino de Dios como un niño pequeño: venir a Jesús en nuestra impotencia y decir: "¡Señor Jesús, lávame!" "¡Vísteme!" "¡Aliméntame!" "¡Llévame!" "Sálvame, Señor, o muero". Sr. M.-Muchos dicen que van a intentar. ¿Qué diría a los tales?
Sr. R.-Dios no quiere que ningún hombre "intente", Jesús ya ha intentado. Él no sólo ha intentado, sino que ha tenido éxito. "Consumado es" (Juan 19:30). Crea en el que ha "concluido el pecado, expiando la iniquidad, acabando la transgresión; y trayendo la justicia de los siglos" (Daniel 9:24). Sr. M.-Si las personas dicen que van a "intentar", ¿qué les diría usted? Sr. R.-Yo les diría, pongan confiar en el lugar de intentar; creer en lugar de dudar; y yo les alentaría con urgencia a que vengan a Cristo como están, en lugar de esperar ser mejores. No hay nada ahora entre Dios el Padre y el pobre pecador, sino el Señor Jesucristo; y Cristo ha quitado el pecado para que yo pueda unirme al Señor. "Y el que está unido con el Señor, un espíritu es" (1 Corintios 6:17); "Y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad" (2 Corintios 3:17).

Sr. M.-Casi la última cosa con que un ansioso buscador tiene que batallar es con sus sentimientos. Hay cientos aquí muy ansiosos de saber que están seguros en el Reino; pero ellos piensan que no tienen el tipo correcto de sentimiento. ¿Qué tipo de sentimiento deben tener? Sr. R.-Pienso que hay varios de los presentes que pueden decir que encontraron una bendición luego de las reuniones por medio de un versículo de la Escritura. Lo citaré como una respuesta a la pregunta del Sr. Moody.
"¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? el que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios" (Isaías 50:10). Algunos de ustedes pueden estar caminando en oscuridad, -así es como usted se siente. ¿Cuál es la orden de Dios? "Confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios". Si yo voy a confiar en Dios en la oscuridad, voy a confiar en Él en cualquier
parte.

Sr. M.-¿Usted les aconsejaría, entonces, que confíen en el Señor, tanto si tienen como si no tienen el tipo correcto de sentimiento?
Sr. R.-Si yo fuera a pensar en mis sentimientos por un momento, sería uno de los hombres más miserables en este salón esta noche. Mis sentimientos son los de una naturaleza pecadora corrupta. Yo voy a creer exactamente lo que Dios me dice a pesar de mis sentimientos. La fe es "la convicción de las cosas que no se han visto" (Hebreos 11:1); yo podría agregar, "la convicción de las cosas no sentidas". Sr. M.-Algunos pueden decir que la fe es el regalo de Dios, y que deben esperar hasta que Dios la imparta a ellos.

Sr. R.-"La fe viene por el oír" (Romanos 10:17). La palabra de Dios es el medio a través del cual la fe viene a nosotros. Dios nos ha dado a Cristo; y Él nos ha dado Su Espíritu, y Su Palabra: ¿qué necesidad hay de esperar? Dios le dará la fe al hombre que lee Su Palabra y busca Su Espíritu.
Sr. M.-¿Qué deberían esperar ellos entonces?
Sr. R.-No conozco nada que ellos deban esperar. Dios dice: "Venid ahora, creed ahora". No, no; no hay nada que esperar. Él nos ha dado todo lo que tiene que darnos: y cuanto más pronto lo tomemos mejor.

Sr. M.-Quizás algunos de ellos piensan que tienen demasiados pecados que les impiden venir.
Sr. R.-El Señor Jesús ha quitado el pecado por Su sacrificio. "Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones" (Salmo 103:12). ¿Por qué no le creemos? Él dice que Él ha "puesto fin a los pecados" (Daniel 9:24) ¿Por qué no le creemos? ¿Es Él un mentiroso?
Sr. M.-¿Es la incredulidad un pecado?
Sr. R.-Es la raíz de todo pecado.
Sr. M.-¿Tiene un hombre el poder para creer estas cosas, si él quiere?
Sr. R.-Cuando Dios da una orden, significa que nosotros somos capaces por Su gracia para cumplirla. Sr. M.-¿Qué quiere decir usted con "venir" a Cristo?
Sr. R.-Creer en Él. Si yo preparara una gran fiesta en este salón mañana por la noche, y dijera que cualquier hombre que venga tendrá una gran fiesta y además un billete de cinco libras, no habría ninguna pregunta acerca de lo que quise decir con la palabra "venir". Dios ha preparado una gran fiesta. Él ha enviado a Sus mensajeros para invitar a todos a venir; y no hay nada que pagar.

Sr. M.-¿Cuál es el primer paso?
Sr. R.-Creer.
Sr. M-¿Creer qué?
Sr. R.-La invitación de Dios; la promesa de Dios; la provisión de Dios. Creer en la fidelidad de quien nos llama. ¿Piensa Dios burlarse de nosotros, y jugar con nosotros? Si Él hiciera así a un hombre, eso acallaría todas las arpas en el cielo.
Sr. M.-Supongamos que las personas "vienen", y que caen en pecado mañana. Sr. R.-Déjelos que regresan de nuevo. Dios dice que debemos perdonar hasta setenta veces siete. ¿Piensa usted que el gran Dios hará menos que lo que Él nos ordena hacer a nosotros?

Sr. M.-Si ellos vienen de verdad, ¿tendrán el deseo de hacer las cosas que hacían antes?
Sr. R.-Cuando un hombre recibe realmente a Cristo en su corazón, él experimenta "el poder expulsor de un sentimiento nuevo". El diablo puede tentarlo a pecar; pero el pecado ha perdido su atracción. Este hombre descubre que afligir al Espíritu Santo de Dios no trae ningún beneficio.

Sr. M.-¿Qué aconsejaría usted que sus convertidos hicieran? Sr. R.-Cuando ustedes eran pequeños bebés, si no hubieran tenido ninguna leche, ninguna ropa, y ningún descanso, no habrían vivido mucho tiempo. Ustedes son ahora el resultado del cuidado de sus padres y madres. Cuando un hombre nace en la familia de Dios él tiene vida; pero necesita comida. "No sólo de pan vivirá el hombre" (Mateo 4:4). Si usted no se alimenta en las promesas de Dios usted será inútil para el servicio de Dios:
sería bueno para usted si su vida no terminara totalmente en poco tiempo. Entonces usted necesita ejercicio. Si usted sólo recibe alimento, y no trabaja, pronto padecerá lo que podría llamar apoplejía espiritual. Cuando usted consigue aferrarse de una promesa, vaya y cuéntela a otros. La mejor forma de obtener ayuda para mí mismo es tratando de ayudar a otros. Hay una gran promesa que los discípulos jóvenes nunca deberían olvidar: "El que riega, será él mismo también regado" (Proverbios 11:25).

Sr. M.-¿Cómo deberían ellos empezar?
Sr. R.-Creo que hay algunas señoras ricas y señores ricos sobre la tarima. Cuando tales personas son traídas al Señor, ellas tienen la tendencia a avergonzarse de hablar sobre la salvación a sus antiguos compañeros. Si
nuestras damas cristianas fueran entre otras mujeres, los hombres cristianos entre los caballeros de su propia clase; y así sucesivamente, veríamos una gran obra para Cristo. Cada uno de ustedes tienen algunos amigos o relaciones a quienes ustedes pueden influenciar mejor de lo que cualquier otro puede. Empiece con ellos; y
Dios le dará un gusto tal por la obra que no estará satisfecho permaneciendo en casa: usted irá y trabajará también afuera de ella.

Sr. M.-Un buen lugar para comenzar sería la cocina, ¿no? Empezar con algunas pequeñas reuniones de cocina. Lleve alguien de ustedes a quince o veinte madres juntas; y pídales que traigan a sus jóvenes hijos con ellas. Canten algunos de estos dulces himnos; lean algunos versículos de la Escritura; abra sus labios; y descubrirá que arroyos de salvación brotarán por todos lados. Yo siempre pienso que cada convertido debería ser inmediatamente bueno para una docena de otras personas. Sr. R.-Déjeme contarle un pequeño incidente en mi propia experiencia. Una vez me pidieron para ir y ver a un hombre importante y hablarle de Cristo. Él no me esperaba; y si yo hubiera sabido eso, quizás de ningún modo
habría tenido la fe para ir. Cuando fui él estaba muy enfadado y por muy poco no me echó de la casa. Él era un hombre mayor, y tenía una hija pequeña. Después de algunas semanas se fue al Continente, y su hija fue con él. Un día cuando él estaba muy enfermo vio a su hija que lo miraba, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. "Mi niña", dijo él, "¿porqué estás llorando?" "¡Oh, papá, tu no amas al Señor Jesucristo; yo tengo miedo de que tú te vayas al infierno!" "¿Por qué dices eso?" "¿No recuerdas cuando el Sr. Rainsford pidió verte, y fuiste muy rudo con él? Nunca te vi tan enojado. Y él sólo deseaba hablarte acerca de Jesús". "Bien, mi
niña, tú me leerás sobre Jesús". Si ese hombre ha ido al cielo -yo no sé si él fue o no- la única luz que él tuvo la recibió de su pequeña hija. Usted arremeta; y no puede decir cual puede ser el resultado, por la bendición de Dios. "Hijos de Dios, amados en Jesús ¡Oh, la maravillosa palabra de gracia! En Su Hijo el Padre nos ve, Y como a hijos Él nos da lugar". "Bendito poder que irradia ahora brillando En nuestro Dios pronto miraremos;
Y en luz celestial resplandeciendo La faz de nuestro Salvador veremos".

"Por el poder transformador de la gracia
Nosotros entonces Su imagen traeremos;
Ejecutando Cristo Su prometida palabra,
Su gloria entonces compartiremos"
El Natha

• La fuente de la gracia 
• Salvado solamente por la gracia 
• Haciendo obrar hacia afuera 
• Gracia para los pecadores 
• La ley y la gracia 
• Gracia para vivir 
• Gracia para servir 
• las campanas del evangelio
• Que es ser un hijo de Dios
• Salvación

« Crecimiento Espiritual