Las campanas del evangelio

Predicaciones, enseñanzas, consejos y estudios para que tengas un vigoroso creciemiento espiritual

• La fuente de la gracia 
• Salvado solamente por la gracia 
• Haciendo obrar hacia afuera 
• Gracia para los pecadores 
• La ley y la gracia 
• Gracia para vivir 
• Gracia para servir 
• Las campanas del evangelio
• Que es ser un hijo de Dios
• Salvación

"PORQUE la gracia de Dios que trae salvación a todos los hombres, se manifestó. Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, justa, y píamente, esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo. Que se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras" (Tito 2:11-14).

En este maravilloso pasaje vemos a la gracia en un triple aspecto: la gracia que trae salvación; la gracia para el vivir santo; y la gracia para el servicio. Yo he tenido tres días memorables en mi experiencia. El primero fue, cuando me convertí; el siguiente cuando conseguí abrir mis labios, y empecé a confesar a Cristo; el tercero, cuando empecé a trabajar para la salvación de otros. Yo pienso que hay muchos que llegaron a la primera fase, algunos a la segunda y muy pocos a la tercera. Ésta es la razón, yo creo, por la que el mundo no es alcanzado. Muchos dicen que están ansiosos de "crecer en la gracia". No creo que ellos nunca lo logren, hasta que salgan al campo de la cosecha y empiecen a trabajar para otros. No vamos a tener la gracia necesaria que nos capacite para trabajar hasta que nos lancemos hacia lo profundo, y comencemos a usar las habilidades y las oportunidades que ya poseemos. Muchos se cruzan de brazos, y esperan que la gracia de Dios venga a ellos; pero no la conseguimos de esa manera. Cuando "marchamos hacia adelante" (Éxodo 14:15), entonces es que Dios nos encuentra con Su Gracia.
Si Moisés se hubiera quedado en Horeb hasta conseguir la gracia que necesitaba, él jamás se habría puesto en camino hacia Egipto. Pero cuando partió, Dios le encontró en el camino y lo bendijo día a día como él necesitaba. Muchos se descorazonan porque hay una pequeña oposición; pero si nosotros vamos a trabajar para Dios debemos esperar oposición. Una verdadera labor para Dios nunca se hizo sin oposición. Si usted piensa que va a tener la aprobación de un mundo impío, y de cristianos fríos, cuando se lance hacia el profundo con su red, está muy equivocado. Un hombre me dijo hace algún tiempo, que cuando se convirtió comenzó a hacer algún trabajo relacionado con la Iglesia; él se descorazonó grandemente porque algunos de los cristianos más antiguos le desanimaron, así que renunció a todo. Tengo lástima de un hombre que no puede soportar un poco de oposición sin haber sido dañado en absoluto por ello. ¿Por qué, muchos de los cristianos en los viejos tiempos tenían que pasar por el fuego, y no retrocedieron ante ello? Un poco de oposición nunca lastima a nadie. Otros dicen que tienen tantas preocupaciones y problemas, tantos como pueden cargar. Bien, una buena manera de olvidarse de su problema es ir y ayudar a alguien que está llevando una carga más pesada que usted. Cuando Job empezó a orar por sus amigos fue cuando él se olvidó de sus problemas. Pablo se glorió en su debilidad, y en las tribulaciones que tuvo que sufrir, para que el poder de Cristo pudiera reposar sobre él mucho más. Él se glorió en la Cruz: y usted debe tener presente que la Cruz no era tan fácil de llevar en su tiempo como lo es en el nuestro. Todos estaban hablando contra ella. "Yo me glorío en la Cruz de Cristo", dijo él (Gálatas 6:14).
Cuando un hombre comprende eso, ¿usted me diría que Dios no puede usarlo para edificar Su reino? En su segunda carta a los Corintios, Pablo habla del "aguijón en la carne" (2 Corintios 12:7); él oró al Señor para que lo quitara. El Señor dijo que no iba a quitárselo: pero Él daría gracia a Su siervo para soportarlo. Así el apóstol aprendió a dar gracias a Dios por el aguijón, porque él obtuvo más gracia. Es cuando los días son oscuros que más personas son llevadas más cerca de Dios. Supongo que eso es lo que Pablo quiso decir. Si hay algún hijo de Dios que tiene un "aguijón en la carne", Dios tiene suficiente gracia para ayudarle a usted a soportarlo si usted quiere, pero vaya a Él por esa ayuda. La dificultad es que muchos están mirando a sus problemas y aflicciones, en lugar de mirar hacia el premio glorioso, y avanzar en su camino por la ayuda de
Dios. En 2 Corintios 9:8, leemos: "Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; a fin de que, teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra". Hay tres pensamientos aquí: Dios hace abundar toda gracia, para que nosotros podamos tener todo lo suficiente en todas las cosas. Yo pienso que éste es uno de los versículos más maravillosos de la Biblia. Hay plenitud de gracia. Muchos cristianos, si tienen gracia suficiente para mantenerles alejados del pecado exterior, parecen estar perfectamente satisfechos; ellos no arremeten para obtener plenitud de gracia, para estar listos para la obra de Dios. Muchos están satisfechos con entrar en la corriente de la gracia hasta una profundidad del tobillo, cuando Dios quiere que ellos naden en ella.
Si siempre viniéramos a las reuniones deseando obtener fuerza, entonces deberíamos poder salir a trabajar y a hablar por Cristo. Hay muchos que serían usados por Dios, si ellos sólo vinieran osadamente a Su trono de la gracia, y "hallaran gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:16). ¿No es el de ahora un tiempo de necesidad? Dios ha dicho, "yo derramaré aguas sobre el sediento" (Isaías 44:3). ¿Tenemos sed para un obrar más profundo de la gracia en nuestros corazones? ¿para la unción del Espíritu? Aquí está la promesa: "yo derramaré aguas sobre el sediento". Todos los que tienen hambre y sed de bendición vengan y recíbanla. Otra razón por la que muchos cristianos no consiguen nada es: porque no comparten con otros. Ellos están satisfechos con los logros actuales, en lugar de crecer en gracia. Nosotros no somos la fuente; nosotros somos sólo un canal a través del cual fluye la gracia de Dios. No hay solamente uno de nosotros a quien Dios quiere usar en construir Su reino. Ese muchacho pequeño, aquel hombre canoso, estos jóvenes varones y estas jóvenes señoritas; todos son necesarios: y hay un trabajo para todos. Queremos creer que Dios tiene suficiente gracia para capacitarnos para salir y trabajar para Él. Si hemos conocido a Jesucristo durante veinte años o más, y si no hemos sido capaces de presentar un alma ansiosa a Él, ha habido algo mal en alguna parte. Si nosotros estuviéramos llenos de gracia, deberíamos estar
listos para cualquier llamado que se nos hiciese. Pablo dijo, cuando tuvo aquel famoso encuentro con Cristo en el camino a Damasco, "¿Señor, qué quieres que haga?" (Hechos 9:6). Isaías dijo, "Heme aquí, envíame a mí" (Isaías 6:8). ¡Oh que Dios llenara todo Su pueblo con gracia, para que podamos ver cosas más maravillosas que
las que Él alguna vez nos haya permitido ver! Ningún hombre puede decir lo que puede hacer, hasta que él avance. Si nosotros hacemos eso en el nombre de Dios, en lugar de haber unas pocas veintenas o centenares de convertidos, habrá miles que se reunirán en el Reino de Dios. Recuerde, que nosotros honramos a Dios cuando pedimos grandes cosas. Es una cosa humillante pensar que estamos satisfechos con respuestas muy pequeñas.

Se dice que Alejandro el Grande tenía un General favorito a quien él había dado permiso para solicitar en la tesorería real cualquier cantidad. En una ocasión este General había hecho un pedido por una suma tan enorme que el Tesorero se negó a honrarlo hasta que consultara al Emperador. Entonces él fue ante su presencia y le dijo lo que el General había hecho. "¿No honró usted el pedido?" dijo el Emperador. "No; yo me negué hasta que hubiera visto a su Majestad; porque la cantidad era muy grande". El Emperador estaba indignado. Su
Tesorero dijo que tuvo miedo de ofenderlo si hubiera pagado ese importe. "¿No sabe usted", contestó al Emperador, "que él me honra a mí y a y mi reino haciendo un pedido grande?" Si la historia es auténtica o no, es verdad que nosotros honramos Dios cuando pedimos cosas grandes.
Se dice que en una ocasión cuando César dio un obsequio muy valioso el destinatario respondió que era un regalo demasiado costoso. El Emperador contestó que no era demasiado grande para que César lo diera. Nuestro Dios es un gran Rey; y Él se deleita en usarnos: así que deleitémonos en pedirle gran gracia, para que podamos salir y trabajar para Él. Yo encuentro que muchos cristianos están con preocupación acerca del futuro; ellos piensan que no tendrán suficiente gracia para el momento de morir. Es mucho más importante que nosotros tengamos suficiente gracia para vivir. Me parece que la muerte es de muy poca importancia en el entretanto. Cuando la hora de la muerte venga allí estará la gracia para morir; pero usted no necesita la gracia de la muerte para vivir. Si voy a vivir quizás durante quince o veinte años, ¿para qué necesito la gracia para morir? Yo estoy más ansioso de tener suficiente gracia para mi trabajo actual.

A veces se me ha preguntado si tenía suficiente gracia para poder ir a la hoguera y morir como un mártir. No; ¿para qué quiero yo la gracia de los mártires? No me gusta sufrir; pero si Dios me llamara a morir la muerte de un mártir, Él me daría la gracia de los mártires. Si tengo que pasar por una gran aflicción, yo sé que Dios me dará gracia cuando el tiempo venga; pero no la quiero hasta que ese momento llegue.

Hay una historia de un mártir en el siglo segundo. Él fue traído ante el rey, y se le dijo que si no se retractaba ellos lo desterrarían. Él dijo, "¡Oh rey, ustedes no pueden desterrarme de Cristo; porque Él ha dicho, "nunca te dejaré ni te desampararé!" (Hebreos 13:5). El apóstol Juan fue desterrado a la isla de Patmos; pero esa fue la mejor cosa que pudo haber pasado: porque si Juan no hubiera sido enviado allí, probablemente nunca habríamos tenido ese gran Libro de Revelación. Juan no pudo ser separado de su Amo. Así fue con este valiente mártir del cual estaba hablando. El rey le dijo, "Entonces yo le quitaré su propiedad". "Usted no puede hacer eso: porque mi tesoro está puesto arriba en lo alto, donde usted no puede alcanzarlo". "Entonces yo lo mataré". "Usted no puede hacer eso; porque yo he estado muerto estos cuarenta años: mi vida
está escondida con Cristo en Dios". El rey dijo, "¿Qué va a hacer usted con un semejante fanático como ése?" Recordemos que si no tenemos suficiente gracia para el servicio, no tenemos a nadie a quien culpar excepto a nosotros mismos. Nosotros no somos limitados en Dios: Él tiene abundancia de gracia para capacitarnos a trabajar para Él.

MÁS PARA SEGUIR.

Oí una historia acerca de dos miembros de una Iglesia: uno era un hombre adinerado, y el otro era uno de esos que no pueden cuidar de sus finanzas -él siempre estaba endeudado. El hermano rico tuvo compasión por su hermano pobre. Él quería darle algún dinero; pero no lo daría todo junto: él sabía que no lo usaría apropiadamente. Así que le envió la suma al pastor, y le pidió que supliera las necesidades de este hermano pobre. El pastor acostumbraba a enviarle un billete de cinco dólares, y escribía en el sobre "Más para seguir". Yo puedo imaginar cuan bienvenido sería el regalo; pero lo mejor de todo era la promesa: "Más para seguir".
Así es con Dios: siempre hay "más para seguir". Es una lástima que no estemos listos para ser usados por Dios cuando Él quiere usarnos. Estimados amigos, permítanme hacerles esta pregunta: ¿Están ustedes llenos de gracia? Ustedes me dicen que
no. Bien, es nuestro privilegio ser llenos. ¿Cuál es la mejor manera de ser llenos de gracia? Siendo vaciados del yo. ¿Cómo podemos ser vaciados? Suponga que usted desea conseguir sacar el aire de este vaso; ¿cómo puede hacerlo? Yo le diré: cargando agua en el vaso hasta que esté lleno hasta desbordar. Esa es la manera en que el
Señor nos vacía del yo. Él nos llena con Su gracia. "Yo derramaré aguas sobre el sediento" (Isaías 44:3). ¿Está usted con hambre para librarse de su pecador yo? Entonces permita al Espíritu de Dios venir y llenarlo. Dios puede hacerlo. Vea lo que Él hizo por Juan Bunyan -como Él lo constituyó en uno de los instrumentos más poderosos para el
bien que el mundo alguna vez vio, siendo él primeramente aquel latonero blasfemo de Bedford. Si tuviéramos un telescopio que nos permitiera ver dentro del cielo como lo vio Esteban, puedo imaginar que veríamos al ladrón que creyó en Jesús mientras estaba en la cruz, muy cerca del trono. Pregúntele cómo llegó él allí; y él le diría que fue por la gracia de Dios. ¡Vea cómo la gracia de Dios pudo salvar a una María Magdalena poseída por siete demonios! Pregúntele que fue lo que ablandó su corazón: y ella le diría que fue la gracia de Dios. Mire esta vez a esa mujer a quien Cristo encontró en el pozo de Sicar. El Salvador le ofreció un vaso del agua de vida: ella bebió, y ahora camina por las calles de cristal del cielo. ¡Vea cómo la gracia de Dios pudo cambiar a Zaqueo, el odiado publicano de Jericó! Ahora él está allí en el mundo de luz; él fue llevado allá por la gracia soberana de Dios.

Usted habrá notado que muchos de aquellos que eran casi los más cuestionables, han, por el poder de la gracia de Dios, llegado a ser muy encumbrados en Su servicio. Mire a los doce apóstoles de Cristo; todos ellos eran hombres iletrados. Esto debe animar a todos los que poseen una educación limitada a entregarse a ellos mismos a la obra de Dios. Cuando nuestro trabajo terrenal haya acabado, entonces, como nuestro Maestro, entraremos en la gloria. Ha sido bien dicho: "La gracia es la gloria combatiente; y la gloria es la gracia triunfante. La gracia es la gloria empezada; la gloria es la gracia hecha perfecta. La gracia es el primer grado de la gloria: la gloria es el más alto grado de la gracia". ¡Oh a la gracia que gran deudor, Diariamente obligado a ser estoy! Permite que tu gracia como una cadena, Señor, Sujete a ti mi errante corazón. Inclinado a vagar, Señor, yo siento Inclinado a dejar al Dios que yo amo Aquí está mi corazón, oh tómalo y séllalo, Séllalo para Tu séquito de arriba.

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