El optimismo divino de José vs El pesimismo humano de Jacob

Estudios de profetas y profecía - Bill Hamon

CAPITULO 12

Los caracteres bíblicos de José y Jacob nos proveen de un útil estudio, de contrastes en relación a sus actitudes hacia la vida y el ministerio. En sus historias encontramos que el problema de raíz de tener una personalidad pesimista obstaculiza el ministerio, mientras que la perspectiva y principios de vida de José pueden preservar un ministerio en tiempos difíciles. Así que queremos evitar las trampas del primero e imitar el ejemplo del último.

El Negativismo de Jacob. Jacob es el típico ejemplo de un profeta de nuestros días con complejo de persecución y una actitud negativa hacia la gente y el ministerio (ver Gn. 42:36; 47:39). Él tuvo que dejar el hogar a causa de un conflicto con su padre y su hermano mayor. Esto tipifica por ejemplo a un ministro o ministra profético/a el cual ha tenido que dejar su denominación o a su pastor local.
Después de dejar el hogar, los conflictos de Jacob continuaron. Trabajó para su tío Labán, un hombre que constantemente trataba de utilizarlo, engañarlo y manipularlo para construir su propio reino. Jacob tuvo que ser más listo y manipular a Labán para poder sobrevivir y prosperar.
Cuando Jacob conoció a Dios y fue transformado, él cesó en sus métodos de manipulación. Pero el retuvo una actitud negativa. Cada vez que algo desagradable le pasaba, el concluía, "todo está contra mí" (Gn. 47:9).
Los ministros proféticos con un fundamento y una personalidad como la de Jacob deberán superar continuamente el sentimiento de que otros están tratando de usarlos o que están trabajando contra ellos. Cada tragedia o revés, trae una respuesta de pesimismo, desaliento, auto - compasión y reclamo, con períodos de improductividad.

La Perspectiva Positiva de José. Por otro lado, los profetas con la perspectiva de José tienen una visión general del eterno propósito de Dios para sus vidas.
José creyó que todo lo que les sucedió fue providencialmente ordenado por Dios. El declaró a sus hermanos: "No tú, pero fue Dios quien me envió a Egipto, vosotros pensasteis mal contra mi, mas Dios lo encaminó a bien" (Gn. 45:5-8; 50:20).
La contraparte de José en el Nuevo Testamento, en este aspecto, el apóstol Pablo, tuvo la misma perspectiva. Pablo declaró: "Y sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados". (Ro. 8:28).
Los profetas con la personalidad de José creen, como el hizo, que Dios está dirigiendo providencialmente todos los asuntos de sus vidas a medida que ellos andan buscando hacer su voluntad y completar su propósito. Ellos perdonan rápidamente a aquellos que los han usado y abusado. Ellos aún bendicen a tales personas cuando se arrepienten, permitiendo a sus anteriores perseguidores, compartir la prosperidad y la promoción de Dios en sus vidas.
Terremotos Personales. Mi esposa y yo hemos soportado reveses mayores al estilo de José en el curso de nuestros años de ministerio. Son lo que yo describo como situaciones que rompen el corazón, sacuden el alma y aparentan que el mundo se ha terminado. Aunque no daré detalles al describir estas experiencias nuestras, creo puede ser útil al decir a los ministros jóvenes que tomen el estilo que Pablo tomó al escribir a la Iglesia de Corinto cuando les recordó las pruebas que había soportado (2° Co. 4:8-10; 11:23-33).
En el pasado yo he sido perseguido, han mentido sobre, me han sacado del ministerio me han, quitado de posiciones ministeriales y de oportunidades sin justa causa, y he tenido que estar recibiendo ingresos del mundo secular por años hasta que Dios abrió de nuevo las puertas al Ministerio a tiempo completo. He sido acusado de creer y enseñar doctrinas que realmente no poseo, y he sido acusado de tener propósitos y motivos equivocados para ministrar. También he sido acusado un par de veces de ser un falso profeta y de entregar palabras inexactas.
No es de extrañar, entonces, de que puedo rápidamente identificarme con José, quien fue ofendido, vendido y echado a esclavitud por sus propios hermanos. Y usted puede asegurar que el diablo y la carne han tratado de tentarme a que me entregue al tipo de pesimismo de Jacob. Pero la palabra de Dios no da espacio a los ministros o a los otros santos para ser amargados, resentidos, vengativos, no perdonadores, o pesimistas - no importando cuan cruel, sin corazón, fuera de las escrituras, sin ética e injusto haya sido el comportamiento de alguien hacia nosotros.
Mi esposa y yo hemos venido a través de cuatro "terremotos" personales que probablemente registraron sobre el nivel ocho bajo la escala de Ritcher al medir su severidad. Y hemos superado otros incontables temblores menores. Pero nosotros sobrevivimos a todos manteniendo la buena semilla de la actitud de José y la perspectiva positiva de fe del apóstol Pablo que insiste en que Dios trabaja providencialmente a través de todas las cosas en las vidas de aquellos que lo aman y son llamados de acuerdo a su propósito. (Ro. 8:28).
Yo exhorto fuertemente a todos los ministros proféticos a desarrollar la misma actitud y los mismos principios. El verdadero espíritu y el perfil de personalidad profético demuestran perdón, amabilidad, restauración y servicio al cuerpo de Cristo. Aquellos que ministran con un corazón de negativismo, pesimismo y heridas del corazón por el pasado no experimentan progreso o promoción a nuevas posiciones.
Esté Abierto a la Corrección. Si alguien lo aconseja de que usted está manifestando alguno de los obstáculos para crecer que hemos discutido en esta sección - ya sea lo semilla de malas actitudes, problemas de raíz, síndromes o debilidades de carácter responda con la sabiduría de arriba que es receptiva y enseñable (Santiago 3:17). El libro de Proverbios nos dice como ser un ministro profético sabio:
Oirá el sabio, y aumentará su saber, y el
Entendido adquirirá consejo... No reprendas
A escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio
Y te amará.
Da al sabio y será más sabio; enseña al justo, y aumentará
Su saber.

La principal debilidad de carácter de los burladores y tontos descrita en Proverbios es que a sus ojos, la corrección significa rechazo. Por esta razón cuando usted trata de corregir a profetas escarnecedores y tontos, ellos sienten que está en contra de ellos, para obstaculizarlos o destruirlos. Así que aún la corrección dada en su amor con gran tacto por medio de autoridad delegada es casi imposible para ellos escucharla, recibirla y actuar con respecto a ella, en el espíritu de sabiduría.
Nosotros ciertamente no queremos estar en compañía de escarnecedores y tontos. Así que debemos considerar en oración cualquier sugerencia que recibamos concerniente a una necesidad de ajuste si queremos evitar todas las trampas del diablo para los profetas y las personales debilidades de carácter que pueden al final destruirlos a nosotros y nuestro ministerio.
Debemos dedicarnos a nosotros mismos a ejemplificar el verdadero espíritu y el carácter de la gran compañía de profetas que Dios está levantando para alistar un pueblo y preparar el camino para la venida del Cristo.

Los caracteres bíblicos usados en esta sección retratan muchos de los síndromes de profetas, sus debilidades de carácter, las raíces de problemas, y la mala semilla de actitudes pero son sólo una pequeña porción de lo que puede tenerse retenerse. Así como el escritor del libro de Hebreos, que da su lista de héroes de la fe, concluye diciendo:..."porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas" (He. 11:32), futuros volúmenes cubrirán el espíritu de Jezabel, el síndrome de Absalón, el síndrome del éxito en David que lo llevó a cometer adulterio y asesinato, mas muchos otros que manifestaron ciertas debilidades de carácter que obstaculizaron su caminar con el Señor.
Esperanzadoramente, lo que se ha presentado aquí dará al lector llaves para abrir la puerta a las habitaciones interiores de los motivos escondidos y los problemas en la raíz. Que Dios nos conceda la sabiduría y la gracia para tratar con cada una de estas malas semillas antes que broten y lleguen a ser árboles de injusticia.

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